sábado, 21 de enero de 2023

¡Ojalá fuera siempre Navidad!

Queridos hermanos y amigos,
 

Los saludo desde Burundi, desde nuestro santuario en Monte Sión Gikungu, donde tenemos miles y miles de peregrinos que con mucha fe se alimentan de esta fuente de gracias. 

Y a pesar que ya estamos en Enero, tengo tanta nostalgia de las fiestas de Navidad recién vividas, y por ello quiero compartirles algunos momentos.

 

Con nuestros padres en la comunidad



Misa de Nochebuena


Misa de Nochebuena



Un niño admira el pesebre




Navidad ya pasó, y sin embargo, como hacer para que Navidad no fuera sólo un día, sino todos los días del año. Esa invitación a regalarse y a regalar, a ser generosos para hacer felices a los demás.

 


 
Es como una primavera del alma en condiciones muy sencillas. Motivados por Dios que se hizo hombre, nos sentimos más humanos, más solidarios, más generosos, más dispuestos a darnos los unos a los otros.

 


El Niño nos motiva. Desde el santuario de mi pieza, y desde el santuario de mi corazón, los invito a hacerlo con el siguiente canto: « Para mi Niño Dios ». Creo que es un villancico de Bolivia.

 

 
 
¿Les gustó? 
 
Sí, 
 
el Niño nos invita a ser dóciles 
a los planes de Padre, 
a abandonarnos en sus manos, 
a confiar en Él 
y a atrevernos a lo imposible.

Les contaré algo que me sucedió en el último tiempo:


 

Dios me pide dejar el África

 



Uds. saben que (de 41 años de vida sacerdotal) voy a cumplir - en este 2023 - 27 años en Burundi. Llegué aquí en medio de una guerra, y gracias a Dios, hoy hay otros problemas, pero ya no hay esa guerra. 

Cuando partí para estos lados, mis hermanos de comunidad me preguntaban de todos lados: ¿y qué tareas vas a hacer? Yo no sabía, y escribí preguntando. La respuesta fue: debes estar disponible para cualquier tarea, es la vida del misionero.
 

Ahora que ya han pasado los años, me doy cuenta lo que Dios quería de mí. Él me pedía muchas cosas, pero una era fundamental: ayudar a fundar la comunidad de los Padres de Schoenstatt, la comunidad de Sión, aquí en este lugar del África.


P. Paul Zingg, superior en 1996

P. Karl Widmer, ecónomo en 1996

P. Othmar Landolt, encargado de peregrinos, 1996

 Cuando llegué en 1996 había aquí 3 padres suizos y 5 novicios. Hoy en día son 19 padres autóctonos (burundeses y congoleños), 14 novicios (burundeses (7), congoleño (1), ruandés (1) y 5 nigerianos), además de 20 seminaristas estudiando filosofía y 11 estudiando teología.

Padres de la actual Delegación Sion Patris Africae. Faltan en la foto: los padres en Europa (6) y Nigeria (1)
 

Los 3 padres del consejo de la Delegación. En el centro el superior: P. Herménégilde.

 
Nuestros novicios (14): Burundi (7), Congo (1), Ruanda (1) y Nigeria (5)


Los padres suizos, que trabajaron aquí ardua y generosamente durante casi 50 años, ya no están más. De los no-africanos sólo quedo yo. Y he aquí que descubro que me toca también dejar el África, aunque mi corazón sigue aquí. Lo asumo, sin embargo, con amor, libre y generosamente. Creo también que, posiblemente, mi misión aquí esté ya cumplida.
 

Nuestra iglesia de peregrinos (18/01/2023) Misa de Alianza


Nuestro santuario en Monte Sión Gikungu al atardecer

Jesús me pide de cuidar por mi madre

Efectivamente, empecé a vislumbrar que el plan de Dios iba en esa dirección cuando en el año 2020, año del covid, me quedé confinado en Chile muchos meses, viviendo con mi mamá hasta el mes de octubre. Ahí me di cuenta de que las fuerzas de mi mamá (¡cumple 94 años en mayo!) iban en disminución. 


Estando ya de vuelta en Burundi, en agosto 2021, mi mamá tuvo una crisis de salud, de la cual, gracias a la ayuda de mi sobrina y de otras personas se salvó. Pero en este año 2022 pasó algo semejante. Viajé a Chile, y finalmente, después de muchos movimientos, llegué al convencimiento que Jesús, tal como cuando estaba recomendando a su Madre, María, a la persona de Juan, así también me habla a mí y me dice: “Cuida de tu madre. Es tu principal tarea de este momento”.

 


Lo hablé con mis superiores, y ellos estuvieron plenamente de acuerdo, que esa era la voluntad de Dios en este momento. 

 


Así es que dejo el África y viviré con mi mamá todos estos últimos años de la vida. ¿Tareas pastorales? Haré las que la comunidad me encomiende y me lo permita mi nueva situación. Partiré de vuelta a Chile en mayo próximo.
 

 

Les pido ayuda para el África

« Ayúdame a estudiar »

Como les decía, mi corazón seguirá latiendo por el África y seguiré pidiéndoles ayuda. ¿Se acuerdan de las becas de estudio? Si Uds. supieran, … ¡han hecho tanto bien! 

 


Hemos apoyado cada año unos 150 jóvenes de ambos sexos en sus estudios de educación media. A varios hemos seguido apoyándolos en sus estudios universitarios incluso.
Ellos les agradecen inmensamente. ¡Uds. han llenado sus corazones de esperanza!


 

Les presento hoy dos testimonios, de un chico y una chica: Samuel y María. Su corazón está lleno de gratitud hacia ustedes.
 

María, 18 años, 6º año secundaria.
 

María, está en el último año de la educación secundaria (6º año, sección científica), tiene 18 años.

Ella dice: Quiero ser pediatra, yo estuve enferma cuando chica, y por ello me gustaría ayudar a los niños cuando están enfermos.

Vivo con mi mamá y con 4 hermanitos y una hermana. Mis hermanos menores tienen entre 15 y 9 años de edad.

Mi mamá trabaja en un salón de belleza

Mis hermanos más pequeños no van a la escuela, porque mi mamá no tiene suficiente dinero para educarnos.

Yo le pregunto:

María, ¿Qué quieres decir a la gente de María Ayuda que te han ayudado?

Les agradezco, porque gracias a ellos, que me pagan por los estudios, puedo tener un porvenir, y desarrollarme en un mundo científico.

 

Samuel, 16 años, 5º año de secundaria

Samuel dice: quiero ser cardiólogo, tengo 16 años. María Ayuda me ha apoyado desde hace 3 años. María Ayuda apareció en mi vida, justo cuando mis padres me habían abandonado. Actualmente estudio en 5º año, en sección científica.

Vivo con mi abuelita. Mis padres me abandonaron con mis hermanos menores: de 12, 10 y 8 años de edad. Ellos no van a la escuela porque la abuelita no tiene los medios para pagar los estudios.

Agradezco Maria Ayuda que me ha ayudado a pagar los estudios.

En el futuro, yo también quiero ayudar a otros niños que no han estudiado, que no tienen donde dormir, donde comer, incluso quisiera fundar un orfanato para ayudar a los niños que sufren o están abandonados.

 


María y Samuel les agradecen su apoyo! Sigan siempre así, ¡apoyándonos!


 Aquí en África hay jóvenes que quieren sentir el calor humano desde otras latitudes. Quieren tener esperanzas para seguir luchando y hacer algo positivo a favor de los demás. Ellos quieren sentir tu mano amiga que los alienta y los ayuda avanzar.

 


 

 
Tú sabes: con 100 dólares (redondeando, unos 90.000 pesos chilenos) tú puedes ayudar a un joven a recobrar el ánimo y avanzar un año más en sus estudios.
Si tú tienes los medios, ve a la cuenta de María Ayuda que te señalo más abajo y deposita tu ofrenda por uno, dos o más niños. ¡Con 100 dólares un joven puede estudiar todo un año! Si no tienes esa suma de dinero, da lo que tienes y Dios multiplicará tus esfuerzos. También puedes juntarte con dos o más amigos y juntar entre todos la suma de 100 dólares para que un niño aquí en África pueda estudiar todo un año.
 
 
Gracias al Sí y a la generosidad de la Virgen María, Dios pudo hacer realidad su mayor alegría: venir a habitar en medio de los hombres para que recuperemos nuestra esperanza en medio de las dificultades.
 
Jesús vino a anunciarnos que todos los hombres somos hermanos, que tenemos una dignidad incomparable porque somos hijos de Dios, y estamos llamados a la felicidad sin fin junto a Él en la patria eterna.
 
Dejémonos contagiar por la generosidad de Jesús y María y llevemos a todos los que nos rodean ese bello espíritu de Navidad, esa bella solidaridad que tanto nos hace falta.
 
Un abrazo desde nuestro santuario en Monte Sión Gikungu,
Vuestro hermano,
                                P. Claudio Jeria.
 
P.S.: Para hacer efectiva su ayuda, pueden utilizar la cuenta que María Ayuda en Chile nos ha puesto a disposición. Estos son los datos:

EN CHILE: Donaciones para María Ayuda – Burundi Campaña “Ayúdame a estudiar”.

• Banco: Scotiabank

• Nº Cta. Cte.: 0-0097-00371-36

• Titular: María Ayuda Corporación de Beneficencia

• RUT: 71.209.100-2

 Por favor, no se les olvide:

 1. Escriban expresamente que la donación es para « María Ayuda Burundi ».

 2. Manden un e-mail a Sra. Marcela Moore (marcela.moore@mariaayuda.cl)
. para confirmar la donación.

 
3. También pueden notificarme por e-mail: pclaude@schoenstatt.net

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LOS QUE ESTAN EN EUROPA:

Pueden hacer sus donativos a la cuenta siguiente:

Cuenta de los Padres de Schoenstatt en Alemania:
 

• Nombre del titular : Schönstatt-Patres-International

• Banco: DKM DARLEHNSKASSE MUENSTER

• Dirección: Breul 26, 48143 Münster    

• IBAN: DE06 4006 0265 0003 1616 04     

• BIC: GENODEM1DKM

• Asunto/Mensaje: Don MARIA AYUDA - BURUNDI  

• No olviden de notificarme a mi, a la dirección siguiente: pclaude@schoenstatt.net

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 Otra posibilidad de colaborar:

PARA EL MUNDO ENTERO (no importa de qué país):

Pueden enviar el dinero por Western Union:

Uds. envian 100 dólares a : 

Claudio Jeria - Bujumbura - Burundi

y me advierten a mí: a la dirección pclaude@schoenstatt.net

para que vaya a retirar el dinero. Así de fácil.

Recibirán un e-mail de mi parte, agradeciéndoles y confirmando la llegada del dinero.