lunes, 29 de junio de 2009

Por qué me hice sacerdote? (2ª parte)

MI AMOR AL SEÑOR, A MARIA Y A LA IGLESIA

(Continúo con mi testimonio).

Les contaba que crecí junto a los Padres de Schoenstatt, que en ese tiempo eran padres pallottinos, y ellos eran mis asesores en los grupos de niños, junto a otros laicos.

Les presento entonces al Padre Luis López: El fue el padre que me dió la Primera Comunión. Hoy en día ya tiene edad y está bastante debilitado, sin embargo en ese tiempo era muy dinámico.


P. Luis López

Después de hacer mi Primera Comunión entré a dos grupos en la parroquia: a los Cruzados y a los acólitos. En ambos, el gran asesor era el P. Carlos Pfeiffer. El fue incluso mi padrino de confirmación. Con él siempre se pasaba bien. El organizaba paseos y campamentos. Estaba siempre dispuesto a las aventuras, se podían conocer cosas nuevas. Para nosotros los acólitos había siempre un rico desayuno después de la misa. También había un laico: Fernando Moya ('Moyita") que era muy cercano a nosotros. Todas estas eran vivencias que tenían su importancia en el desarrollo de mi vocación sacerdotal.

Aquí tengo a mano una foto del P. Carlos Pfeiffer. Se los presento:


P. Carlos Pfeiffer en Concepción, Montahue, 1985. El murió en 1988.
Estuvo también trabajando en Burundi (1974-1976)
para fundar el Movimiento de Schoenstatt.

Como siempre, él amó y entusiasmó mucho los niños y los jóvenes.

Junto a otros chicos que tenían inquietudes vocacionales formamos un grupo vocacional que duró más o menos hasta cuando yo tenía 14 años. Ahí aprendíamos el latín, a meditar, y diversos rasgos de la espiritualidad de Schoenstatt (trabajábamos con el Horario Espiritual, Propósito Particular, etc.). Eramos cinco chicos, y de ellos, solo yo llegué a ser sacerdote. Por gracia de Dios, naturalmente! Los padres que dirigieron ese grupo fueron sucesivamente: el P. Francisco García Huidobro, hoy párroco en Ñuñoa, y el P. Marcial Parada, hoy misionero en México. Sobretodo el P. Francisco nos iba a buscar al liceo todos los martes en el auto de la parroquia, y nos tenía unas ricas onces. Teníamos alrededor de 11 años y éramos bastante desordenados. Sin embargo, más de algo se nos quedaba. Muchos libros que leí en ese tiempo me marcaron mucho.

Les presento a los padres:


Padre Francisco García Huidobro, en su actual "look".


P. Marcial Parada. El fue también mi asesor juvenil en la parroquia.
Amigo de todos nosotros, los jóvenes.

Tenía también desde pequeño un amor por la Virgen junto a Jesús que me era muy connatural. Creo que mis padres tuvieron también una gran influencia en ello.

Mis padres entretanto habían conocido Schoenstatt y yo participaba con ellos en todos los encuentros de la Familia de Schoenstatt del lugar, sin estar en la Juventud schoenstattiana.

Les presento a mis papás en una foto de la época (1971). Esta foto la tengo siempre en mi "santuario de pieza":


Mis padres en 1971

A los 16 años empecé a participar en la juventud parroquial (¡ya era un joven!) y participaba en jornadas de la JEC (Juventud de Estudiantes Católicos, para jóvenes de educación secundaria). Fue en la JEC donde comencé a tomar alas de líder, pues me cayó como anillo al dedo.

En ese tiempo se trataba de formar la JEC en nuestra Zona Oeste de Santiago, y yo rapidamente me empecé a desarrollar como un líder de los jóvenes. Me gustaba estar con los jóvenes, escucharlos, alentarlos, y yo tenía mucha claridad de ideas. Así es como recorría las parroquias, visitaba los otros jefes en sus casas, armábamos encuentros, jornadas, misas, etc.
Yo estaba muy contento de ser joven, y pensaba que era lo mejor que podía haberme sucedido de estar en esa edad maravillosa.

También en ese tiempo me interesaba por la historia de Chile, especialmente en el siglo XX, y me gustaba leer. Así es como un buen día leí un libro sobre "El Padre Alberto Hurtado, S.J." de Alejandro Magnet. Me lo leí entero, y me entusiasmó. Me gustaba ver como el P. Hurtado se comprometía con los problemas de su tiempo, como entusiasmaba a la juventud, y como la llamaba a un compromiso. Me gustaba también la preocupación del P. Alberto Hurtado por los pobres.


San Alberto Hurtado: Su lema: "Contento, Señor, contento!"
Canonizado por el Papa Benedicto XVI, el 23 de octubre 2005.

Cabe mencionar que yo estudiaba en el "Liceo Alberto Hurtado" que queda entre las calles Constantino, Ecuador y Nueva Imperial de Estación Central. Era un Liceo dirigido por los Hermanos de la Inmaculada Concepción (holandeses). Ahí estudie los 6 años de las humanidades, como se llamaban en ese tiempo.

En el último año de mi educación secundaria me preguntaba que querría ser en la vida. A partir de la edad de 16 años, yo había dejado de lado el ideal de ser sacerdote, pues pensaba que más bien Dios me llamaba a ser un laico, pero un laico comprometido en los problemas actuales a partir de la fe.

Para postular a la Universidad, en ese tiempo, debía escribir 4 carreras, en orden de preferencia, y según el puntaje de la Prueba de Aptitud Académica se vería en cual quedaba.

Yo, a esas alturas, ya tenía claro, que mi vocación iba en la línea de la pedagogía. Pero no quería ser un profesor que enseñe una materia más. No. Basado en mis experiencias con los jóvenes, quería algo en la cual estuviera directamente implicado en los problemas de los jóvenes para ayudarlos. Quería el contacto directo con ellos. Así es como, averiguando, supe que existía una carrera de "Orientador profesional", la cual, sin embargo, era de post-grado, es decir, necesitaba para ello primero ser profesor de educación secundaria en alguna mención y estudiarla posteriormente.

Yo tenía un sacerdote amigo que estudiaba filosofía (P. Germán Alvarez), y, basado en su ejemplo me pareció la filosofía una buena cosa para tener cimientos sólidos en una cosmovisión del mundo y de la vida. Por eso decidí que mis preferencias eran:
  1. Pedagogía en filosofía,
  2. Periodismo,
  3. Sicología,
  4. Sociología.
Quedé en Pedagogía en filosofía en la Universidad Católica y en la U. de Chile. Me decidí por estudiar en la Chile por la fama que tenía el pedagógico, quería estar "donde las papas queman".

Con nuestra comunidad cristiana del pedagógico sosteníamos una escuelita nocturna pobre de Macul, donde yo hacía clases después de las 5 de la tarde varias veces en la semana.

También a través de los grupos políticos contactaba más de algún sindicato, y me interesaba en sus problemas. Yo no militaba en ningún partido, pero me interesaba en captar el máximo posible de lo que pasaba. También estuve en más de una demostración política. Eran el último año de Frei (1969) y los primeros de Allende (1970-1971).

Sin embargo, mi vocación más profunda, y "mi mundo", era el mundo de la Iglesia y el mundo de la fe. Por ello, yo continuaba con mi compromiso en la Zona Oeste de Santiago, donde era muy dinámico. El obispo auxiliar, que dirigía esa Zona, era Monseñor Fernando Ariztía, que era de fácil trato y cercano a nosotros, los jóvenes.


Don Fernando Ariztía, como le decíamos. Falleció en 2003.

(Este testimonio continuará)

martes, 23 de junio de 2009

El noviciado

¿QUÉ ENSEÑARÁS MAÑANA EN EL NOVICIADO?


En la foto: Joaquín Zuazo,
es un chico español genial.
Trabaja en María Ayuda por los niños día y noche.


Joaquín me hizo esa pregunta ayer, cuando le conté que debía enseñar en la mañana a los novicios.

Mi respuesta a Joaquín: bueno, les hablaré de la auto-educación y de la importancia de conocerse a sí mismos.



La auto-educación es muy importante para llegar a colaborar con la gracia de Dios, para que surja en nosotros “un hombre nuevo” y una “comunidad nueva”, signo de amor, de alegría, de libertad, de belleza, de verdad y de justicia, tal como los tiempos actuales la necesitan.
Es posible ser mejores, porque Dios lo quiere, porque Dios da su fuerza, y porque nosotros le colaboramos. Lo expresamos en el lema: “Nada sin Ti, nada sin nosotros.”

De ahí la importancia de conocernos a nosotros mismos, de aceptarnos, de amarnos y de dar a los demás la riqueza interior que hemos recibido de Dios.
Formar un hombre nuevo en una comunidad nueva para el tiempo de hoy: he ahí el gran anhelo de Schoenstatt, el movimiento al cual pertenezco.
Con la ayuda de Dios y de María, y con nuestra colaboración, ¡el hombre nuevo en Cristo es posible!
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Y ya que hablamos de los novicios, se los presento. Son seis. Ellos terminan su noviciado el 30 de agosto, día en que entrarán al estudiantado de la comunidad.


De izquierda a derecha: León, Longino, Marcien, Thierry, Jean-Marie, Bertin.

domingo, 21 de junio de 2009

Una boda en Burundi

LA HERMANA DE NUESTRO PADRE DEO SE CASÓ


Elisabeth, hermana de P. Deo.

Hola, qué tal?
Hoy día les interrumpo el testimonio sobre mi vida sacerdotal, ya que prefiero contarles un acontecimiento familiar: se casó la hermana de nuestro querido Padre Deo: Elisabeth.


En la foto: P. Deo con su hermana hace algunos años.

Hay muchos que conocieron a P. Deo en Chile, en Argentina o en Paraguay. Actualmente es el rector de nuestro Santuario en Monte Sión Gikungu.

Elisabeth estaba de novia con un chico llamado Francisco (François). Ahí lo ven en la foto. El es licenciado en Economía y ella es licenciada en Derecho.
El caso es que hoy día fue la boda.

Elisabeth se convirtió al protestantismo (Iglesia pentecostal) a los 15 años. Su esposo es también de esa religión. Se conocieron en el coro de la Iglesia.
Fuimos varios miembros de nuestra comunidad a la ceremonia de matrimonio, para apoyar a P. Deo y a su hermana.

Para mí fue la ocasión de participar en una ceremonia de esa Iglesia. La boda estuvo muy bonita. Se veían muy contentos los dos. Después tuvimos una recepción en un lugar cerca de la catedral. Fue una oportunidad de participar de la alegría de la familia de nuestro hermano, P. Deo, y de encontrar muchos amigos y conocidos.

Yo estaba muy contento de verlos felices, y les deseo muchas bendiciones y felicidad en esta nueva familia que están fundando.

viernes, 19 de junio de 2009

Por qué me hice sacerdote?


Queridos hermanos y amigos, hace tiempo que tenía la idea de inaugurar este blog, ya que debido a tantas tareas, casi no tengo tiempo de mantener el contacto con todos Uds. Así puedo llegar a muchos, de una sola vez.

Finalmente me decido a comenzar hoy, 19 de junio 2009, día en que el Papa ha inaugurado para toda la Iglesia el "Año Sacerdotal".

Por eso inauguro este blog (después de 27 años de haber sido ordenado sacerdote) con mi testimonio sacerdotal. Estas líneas servirán de testimonio, y quizás también de ilustración para más de alguno que se sienta inquieto con la pregunta de la vocación sacerdotal.

A muchos de mis amigos les servirá también de estímulo para rezar por mí, y por todos los sacerdotes, pues, si bien Dios nos ha escogido y nos da su gracia, la condición frágil del ser humano queda en nosotros, y necesitamos siempre de la oración de los demás. Gracias por ello de antemano.

Estas líneas van a continuar en los días siguientes, siempre en la misma intención.
Hablemos primero de mis orígenes.

MIS ORIGENES.

Mi nombre: Claudio Jeria Arriagada. Nací el 24 de Enero de 1951. Tengo por lo tanto 58 años.
Mis padres: Raúl Jeria (falleció en 1998, estando yo en Burundi), e Hilda Arriagada (vive aún). Tengo también mi hermano menor, que se llama Ricardo, es casado, y tiene dos hijas.

Mi barrio de origen es Carrascal (Comuna Quinta Normal). En esos tiempos de mi infancia era una región rural al borde de Santiago, pegada a la ciudad. Calles de tierra que serpenteaban, muchas zarzamoras, acequias, chacras, vacas, etc. nos rodeaban, pero caminando un poco llegábamos a la ciudad.

Desde que hice mi primera comunión me integré a la parroquia (Ntra. Sra. de los Dolores), donde participé en los grupos de niños primeramente, en la catequesis, en la juventud parroquial, y en la juventud de Schoenstatt.

Desde ese tiempo de la primera comunión, y también desde antes, siempre había sentido un cariño y una atracción muy clara por la vocación sacerdotal. Así es como el día en que hice mi primera comunión yo declaraba abiertamente que quería ser sacerdote. Tenía entonces 10 años.
Crecí junto a los Padres schoenstattianos, que en ese tiempo eran padres pallottinos, y ellos eran mis asesores en los grupos de niños, junto a otros laicos.
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Bueno, eso es por hoy. Les muestro una foto: con mi hermano Ricardo el año pasado en mi visita a Chile (sept. '08).